Programa general

1.- PROGRAMA GENERAL

Este programa general es aplicable a cualquier persona adulta que quiera reducir el estrés y aumentar el bienestar o la satisfacción vital. También constituye la base sobre la que se han diseñado los programas específicos aplicados al tratamiento de diversas enfermedades. Su estructura consta de una serie de áreas temáticas ordenadas de la siguiente forma:

1.1.- Entrenamiento en meditación:

Después de explicar la metodología y los objetivos generales del programa, se adistra a los participantes para que puedan realizar una práctica adecuada y regular de la meditación, que les sirva de apoyo para la detección y registro de los sucesos o situaciones estresantes. Además de las instrucciones básicas, enseñamos a los participantes las actitudes de "no juzgar" y de aceptación, que han de ser cultivadas, no sólo durante la práctica de la meditación, sino también en la vida cotidiana. Empezamos a desarrollar la capacidad de diferenciar entre el nivel de la experiencia directa o inmediata y el nivel de su reordenamiento lingüístico o interpretación, de modo que pueda producirse la desactivación de los automatismos problemáticos.

1.2.- Conciencia de las emociones:

Las emociones nos indican problemas que hemos de resolver, y existen para tratar de resolverlos, no para crearlos. Si frecuentemente nos hacen sufrir es porque les oponemos resistencia. Para lograr que las emociones no sean un impedimento, sino una ayuda, explicamos la función adaptativa de cada una de ellas y enseñamos a modificar la forma de relacionarse con ellas. A través del mindfulness, los participantes aprenden a reconocer las emociones asociadas a los sucesos o situaciones estresantes detectados, sin censurarlas, sin pretender cambiarlas o alejarse de ellas, independientemente de cómo sean. Cuando, en lugar de luchar contra las emociones, aprendemos a acompañarlas, la resistencia y el correspondiente sufrimiento suelen reducirse. Se atenúa la intensidad de la emoción y uno se da cuenta de que, más pronto o más tarde, acaba desvaneciéndose si no opone resistencia.

1.3.- La tristeza y la culpa:

Una vez que se ha tomado conciencia de las reacciones emocionales que hasta ahora han sido automáticas y más o menos inconscientes, es el momento de indagar si son generadas o amplificadas por algún patrón de pensamiento que interpreta la realidad distorsionándola, y que se repite a lo largo de mucho tiempo ante determinados estímulos. Con la adecuada orientación terapéutica, en este apartado se induce a la reflexión sobre los sucesos o situaciones que cada participante ha detectado como evocadores de tristeza o de culpa y que, por tanto, pueden dar lugar a alguna forma de depresión. Esto permite enfocar la atención en la presencia de algún patrón de pensamiento que genere o amplifique dichas emociones, como por ejemplo una tendencia a aferrarse a altos ideales, perfeccionistas, inalcanzables, que no se corresponden con la propia naturaleza o con las propias necesidades, o un proceso mental de "rumiación", por el que se compara continuamente el "cómo se está" con el "cómo se debería estar".

 

1.4.- Afrontamiento del conflicto:

El conflicto interpersonal es uno de los tipos de situaciones que más sufrimiento generan. De una relación íntima no conflictiva puede obtenerse apoyo social, pero si es conflictiva, es también un estresor social, que tiene tantos efectos negativos, como positivos tiene el apoyo social. Por eso es tan importante incrementar las relaciones positivas, como evitar o solventar las negativas. Con este propósito general, en primer lugar, cada participante descubre su forma característica y automática de reaccionar a situaciones de conflicto con otras personas (se incluyen pensamientos, emociones y conductas), así como las consecuencias derivadas de su patrón de reacción. Después, los objetivos serían el desarrollo de la compasión o de la autocompasión, según el tipo de patrón de reacción al conflicto, y el aprendizaje y puesta en acción de estrategias de afrontamiento eficaces para la resolución de conflictos interpersonales que interfieren en la satisfacción de las necesidades afectivas. 

1.5.- Afrontamiento de la pérdida:

La pérdida por fallecimiento de un ser querido o por la separación o ruptura de una relación afectiva de pareja o amistad, es otro tipo de situaciones que más sufrimiento generan. El duelo es un proceso normal que cumple la función adaptativa de ir disolviendo poco a poco dicho sufrimiento, pero como las reacciones emocionales son muy intensas, con frecuencia se reprimen. De este modo, el duelo se complica y se prolonga, pudiendo dar lugar a diversas manifestaciones sintomáticas. Por tanto, para resolverlo, es necesario favorecer la evocación y expresión de esas emociones reprimidas por parte de los participantes que hayan sufrido una pérdida personal, comenzando por la ira y la culpa. Una vez que se ha experimentado con plena intensidad la rabia y la culpa, se han identificado sus fuentes y se han trascendido, se está en condiciones muy favorables para experimentar la tristeza y el dolor plenamente, sin bloqueos emocionales, aproximándonos de este modo a la aceptación y a la resolución del duelo.  

1.6.- Autorrealización:

Limitarse simplemente a responder a los acontecimientos no satisface las necesidades superiores de plenitud o autorrealización. Es verdad que es necesario saber afrontar circunstancias adversas, pero también es necesario buscar activamente circunstancias vitales deseables, es decir, construir lo que pasa en nuestra vida y no sólo responder a ello. Por tanto, una vez depuradas las formas de reacción ante sucesos o situaciones estresantes en los apartados anteriores, los participantes están en condiciones óptimas para elaborar un proyecto vital ilusionante, motivante, que oriente la conducta, procurando que ésta constituya, en la medida de lo posible, su propia recompensa intrínseca, y no sólo sea un medio para conseguir otra cosa: Para ello, ponemos el foco de atención en la conducta y en sus motivaciones, a través del mindfuness informal.